Sí, incluso en el momento actual, en el que todos tenemos la sensación de que tenemos mucho todavía por hacer para la prevención del suicidio, la mayoríade personas superan sus crisis y consiguen hacer una vida normal.
La ideación de muerte o las ideas de suicidio no son una enfermedad y no están reconocidas como tal en ningún manual ni clasificación internacional de enfermedades.
Tenemos que evitar decir todo aquello que invalide o empeore el sufrimiento de la persona, que suponga o se entienda como un reto, que no se la toma en serio o que es un problema para sus seres queridos.