De la misma manera que no podemos forzar a una persona con depresión a que realice una actividad concreta, tampoco la podemos obligar a que exprese sus sentimientos si no se siente preparada o no confía en nosotros.
Sí, lo que se recomienda es que continúe con su rutina habitual (asistencia a clase, actividades extraescolares, relación con los amigos, encuentros familiares...), siempre dentro de sus limitaciones por el trastorno depresivo.