No, el niño a la niña va a seguir siendo él, con sus preferencias y aversiones, pero se notará, según el caso, que se mueve menos, que no habla tan rápido y que está menos impulsivo. Esto se puede confundir con que el menor deja de ser él, pero lo que ocurre es que ha mejorado su inatención y su impulsividad.

Algunas veces sí que se puede observar un cambio no adecuado y ellos mismos dicen que están apáticos o «aplanados». En estas ocasiones, debemos comunicarlo al médico para valorar si es necesario un cambio de dosis o medicación.

Por lo tanto, es necesario en esos momentos de miedo depositar la confianza en aquellos profesionales que, con  rigor científico y experiencia, intentan ofrecer lo mejor para vuestros hijos.