Las personas con problemas de salud mental tienen los mismos derechos que cualquier otra persona, pero a menudo estos se ven vulnerados por el hecho de tener un trastorno.  Garantizar que puedan ejercer sus derechos en igualdad de condiciones que el resto de la ciudadanía, sin ningún tipo de discriminación, es una labor de todos. . 

La Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (Convención de Nueva York), aprobada por la Organización de las Naciones Unidas en 2006, asienta las bases para la inclusión y plena ciudadanía de las personas con discapacidad, incluidas las personas con problemas de salud mental. El propósito de la Convención es que estas personas disfruten de todos los derechos humanos y de todas las libertades, que sean respetadas como se respeta a las demás personas, y que participen plenamente en la sociedad.

A lo largo de sus cincuenta artículos, la Convención de Nueva York recoge los siguientes derechos de las personas con problemas de salud mental:

• Igualdad y no discriminación. 
• Igual reconocimiento ante la Ley y acceso a la justicia.
• Libertad de expresión y de opinión y de acceso a la información. 
• Vida independiente, inclusión en la comunidad, trabajo y empleo.
• Libertad de decisión. 
• Confidencialidad e intimidad.
• Protección contra la tortura y otros tratos crueles.

Otros derechos que también recoge la Convención de Nueva York son el derecho a la vida, a la educación, a la salud, a la habilitación y rehabilitación, a un nivel de vida adecuado y a protección social, a la participación en la política y en la vida pública y a la participación en la cultura, el ocio y el deporte.