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Depresión, deseo de ser madre y embarazo

Tratamiento durante la etapa pregestacional y el embarazo
Alexia Camuñas Palacín

Alexia Camuñas Palacín

Psiquiatra referente del Programa de Salud Mental perinatal del Centro de Salud Mental Garraf.
Parc Sanitari Sant Joan de Déu
Mujer embarazada triste

Resumen

La depresión perinatal es una complicación grave que afecta tanto a la madre como al futuro bebé, influida por factores genéticos, hormonales, psicológicos y ambientales. Los síntomas como tristeza persistente, cambios en el sueño y alimentación y pensamientos negativos pueden ser indicativos de depresión. Es crucial que las mujeres con síntomas de depresión o en tratamiento con antidepresivos busquen ayuda profesional para recibir asesoramiento y tratamiento adecuado, ya que dejar sin tratar esta condición puede tener consecuencias graves para la madre y el desarrollo del bebé. El tratamiento puede incluir terapia psicológica y, en algunos casos, medicamentos antidepresivos como los ISRS, que son considerados relativamente seguros durante el embarazo. La individualización del manejo terapéutico depende del historial de la mujer y debe ser decidida conjuntamente con los profesionales de salud perinatal.
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La depresión perinatal es un problema de salud mental que requiere una atención rápida y especializada. Muchas mujeres pueden tener síntomas de depresión o estar en tratamiento con antidepresivos y tener deseos de ser madre o estar embarazadas. Contar con un apoyo adecuado es imprescindible para su bienestar y para el futuro bebé.

A continuación, trataremos de resolver algunas dudas comunes con respecto a la depresión y la maternidad, centrándonos en la etapa pregestacional y en el embarazo.

Síntomas de la depresión

Las mujeres con depresión pueden experimentar algunos de los siguientes síntomas por un periodo de al menos dos semanas:

  • Tristeza persistente.
  • Dormir muy poco o, por el contrario, dormir muchas horas.
  • Disminución o pérdida de la capacidad de disfrutar.
  • Ansiedad.
  • Ideas de muerte, suicidio o desesperanza.
  • Disminución en el autocuidado.
  • Pérdida de interés en actividades de ocio.
  • Cambios en hábitos alimentarios.
  • Dificultades de concentración.

La depresión puede ser catalogada como leve, moderada o grave.  

Dona i depressió

¿Por qué las mujeres tienen más trastornos depresivos que los hombres?

Factores que influyen en la depresión perinatal

La depresión perinatal es un trastorno complejo, influenciado por múltiples factores. En términos generales, puede estar determinada por aspectos ambientales, biológicos y psicológicos.  Algunos factores que pueden contribuir a la aparición o empeoramiento de la depresión incluyen:

  • Predisposición genética.
  • Cambios hormonales.
  • Desequilibrios químicos a nivel cerebral.
  • Salud física deteriorada.
  • Estrés crónico.
  • Escasa red de apoyo.
  • Dificultades económicas.
  • Dificultades en la conciliación familiar.
  • Violencia de género, que puede intensificarse durante el embarazo.
  • Procesos de fecundación in vitro, que pueden generar ansiedad y expectativas frustradas.
  • Pérdidas gestacionales.
  • Malas experiencias de parto previas, que pueden generar miedo y angustia.
  • Antecedente de abuso sexual en la infancia.
  • Baja autoestima.
  • Perfiles de personalidad autoexigentes y perfeccionistas o con estilos de pensamiento negativo.
  • Ciertos estilos de crianza en la infancia.

La depresión perinatal puede tener un componente hereditario, aunque no es el único factor que influye en su aparición. Las mujeres con antecedentes familiares de trastorno depresivo mayor, trastorno bipolar o psicosis puerperal pueden tener un mayor riesgo de desarrollar síntomas depresivos durante el embarazo o el posparto.  

Si estás embarazada y tienes síntomas de depresión o estás en tratamiento con antidepresivos, te recomendamos contactar lo antes posible con la matrona o con tu médico o médica de cabecera.

No obstante, además de la predisposición genética, influyen factores ambientales y psicológicos. Por ejemplo, haber crecido en un entorno familiar donde la salud mental no se abordaba abiertamente puede dificultar la gestión emocional de la maternidad. Explorar la historia familiar y comprender las experiencias en etapa perinatal de las propias madres, abuelas o hermanas puede ser un proceso terapéutico.

Consecuencias de la depresión en etapa perinatal

La depresión no tratada puede acarrear complicaciones para el bebé, por ejemplo, por una malnutrición o por comorbilidad de la depresión con tabaco y alcohol, entre otros. La elevación de la hormona del cortisol asociado a estrés y ansiedad materna se ha relacionado con problemas emocionales, cognitivos y de conducta del bebé. Además, es importante en la medida de lo posible, llegar al posparto lo más regulada posible, ya que la depresión antenatal se correlaciona con la depresión posnatal. Las consecuencias de no tratar una depresión pueden afectar al vínculo entre madre-hijo, e incluso en casos extremos llegar al suicidio de la madre o al infanticidio (poco frecuente). Una depresión no tratada o mal tratada, además, puede cronificarse en el tiempo.

Salud Mental Perinatal

Etapa perinatal y salud mental: de esto sí se habla

Depresión y deseos de ser madre

En el caso de que una mujer esté deprimida o esté en tratamiento y quiera ser madre, lo más recomendable es consultar con una profesional para recibir asesoramiento. Priorizar el bienestar de la madre es lo más acertado. De manera errónea se tiende a pensar que al tener un hijo una estará mejor de ánimo.  No obstante, se recomienda priorizar la estabilidad clínica de la mujer antes.

En caso de que la mujer ya esté embarazada y tenga síntomas de depresión o esté en tratamiento con antidepresivos, se recomienda contactar  lo antes posible con la matrona o con su médico o médica de cabecera para así iniciar el tratamiento o derivaciones pertinentes.

Tratamiento de la depresión en etapa pregestacional y durante el embarazo

El tratamiento psicológico, los grupos de mujeres en situaciones similares o el acompañamiento emocional suelen ser las primeras opciones terapéuticas. Sin embargo, puede ser necesario recurrir a fármacos antidepresivos, especialmente en depresiones moderadas o severas o cuando han fallado otras opciones terapéuticas.

El uso de psicofármacos durante la etapa pregestacional o la etapa gestacional debe realizarse siembre bajo supervisión de una persona profesional de la salud, preferiblemente de psiquiatra perinatal. La retirada o el mantenimiento de un psicofármaco debe evaluarse minuciosamente teniendo en cuenta, entre otros, los siguientes aspectos:

  • Episodios depresivos previos.
  • Recaídas previas tras la retirada del fármaco.
  • Estresores ambientales a los que se ve sometida la mujer.
  • Red de apoyo de la que dispone.   

Por ello, se desaconseja dejar la medicación si previamente la mujer estaba tomando un antidepresivo sin antes consultarlo con una experta.

¿Se pueden tomar fármacos durante el embarazo?

En general, los antidepresivos llamados ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina), como la sertralina, la fluoxetina, el citalopram o el escitalopram, suelen ser los más utilizados para tratar la depresión en etapa perinatal, ya que tienen un perfil de seguridad relativamente aceptable si se comparan con los riesgos de no tratar una depresión. Pueden tardar en hacer efecto entre cuatro y seis semanas.

Se considera que tratar la depresión con psicofármacos cuando es necesario es más beneficioso que no hacerlo, aunque existen riesgos potenciales, ya que una depresión no tratada puede afectar a la madre y al bebé.

Aunque suelen considerarse opciones seguras, algunas investigaciones han analizado posibles efectos en el bebé. Entre los aspectos que se han estudiado están: 

  • Desarrollo fetal. Se ha explorado si ciertos ISRS podrían influir en la formación del corazón del bebé, aunque los riesgos son bajos. En ciertos casos, se puede sugerir realizar una ecocardiografía fetal.
  • Adaptación del recién nacido. En algunos casos, los bebes pueden presentar una breve fase de ajuste tras el nacimiento, con síntomas leves como irritabilidad o dificultades para alimentarse. Estos casos son evaluados por un pediatra.
  • Respiración y circulación. Se ha observado un incremento de ciertas condiciones respiratorias como la hipertensión pulmonar persistente del recién nacido con ISRS, aunque el riesgo absoluto sigue siendo bajo.
  • Desarrollo infantil. Aunque algunas investigaciones han analizado el impacto en el crecimiento emocional y cognitivo del bebé, los datos no son concluyentes.

Aunque existen riesgos potenciales, en general se considera que tratar la depresión con psicofármacos cuando es necesario (especialmente depresiones moderadas y severas) es más beneficioso que no hacerlo, ya que una depresión no tratada puede afectar tanto a la madre como al bebé.

Otros antidepresivos como la venlafaxina pueden ser utilizados en casos de depresiones más graves, y también se acepta que el fármaco es más seguro que no tratar la depresión. Es importante mantenerse bien asesorada por una profesional experta en la materia.

Pregunta al experto

La salud mental materna

Cada mujer es única

Cada mujer es única y tiene su propia historia. Por ello, es tan importante individualizar cada caso y establecer una toma de decisión conjunta entre la mujer y la profesional experta.

Hay mujeres que tienen depresiones moderadas o severas, o que tienen historias de parto previas complejas, antecedentes de trastorno mental en la familia, están en procesos de fertilidad, antecedentes de abuso sexual en infancia o adolescencia, dificultades en relaciones familiares, han sufrido violencia o pérdidas gestacionales previas…Estos son solo algunos ejemplos de factores que se deben tener en cuenta a la hora de valorar una opción terapéutica.  Así, para recomendar retirar un fármaco antidepresivo a una mujer que verbaliza deseo gestacional se debe tener en cuenta su historia de episodios depresivos previos, las recaídas tras retiradas de fármaco anteriores o los estresores a los que se ve expuesta la mujer en ese momento, entre otros.

Dónde acudir y cuál será el procedimiento a seguir

Si crees que tienes depresión o estás en tratamiento antidepresivo y tienes deseos de ser madre o estás embarazada, solicita ayuda profesional a través de tu médico o médica de cabecera o de tu matrona. Ellos podrán realizarte pruebas complementarias, como una analítica, ver tu estado de salud general y hacer un trabajo de prevención para reducir algunos de los factores que pueden impactar de manera negativa en un embarazo, como el tabaquismo, los hábitos dietéticos poco saludables o la falta de ejercicio, entre otros. También pueden valorar una derivación a una profesional experta en salud mental perinatal.

Existen programas y servicios específicos para la atención a la salud mental en etapa perinatal. Desde allí, se proporciona información basada en la evidencia científica, asesoramiento experto subespecializado y evaluación, para establecer una toma de decisiones conjunta, así como realizar un abordaje multidisciplinar que puede incluir profesionales de la psicóloga, psiquiatra, obstetricia y trabajo social, enfermeras de salud mental, matronas, pediatras y médicos de atención primaria, entre otros.  

En resumen, planificar el embarazo y priorizar el bienestar emocional de la mujer antes de decidir ser madre son recomendaciones muy acertadas, pero, en cualquier otro caso, lo más importante es pedir ayuda para obtener un asesoramiento individualizado y tratar lo antes posible el problema de salud mental.