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Alteraciones neurológicas en el síndrome del espectro alcohólico fetal

El consumo de alcohol durante el embarazo produce daños irreversibles en un período crucial del desarrollo del sistema nervioso
Dra. María Eugenia Russi Delfaro
Dra. María Eugenia Russi Delfaro
Neuropediatra. Adjunta de neuropediatría

El rol del etanol como agente teratógeno ha sido ampliamente reconocido desde hace décadas; considerándosele la principal causa identificable y prevenible de déficit cognitivo y de malformaciones congénitas que involucran directamente al sistema nervioso central.  

La exposición prenatal al alcohol puede dar lugar a un grupo de afecciones conocidas en su conjunto bajo el nombre de trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF). Este término genérico agrupa conceptualmente a una gran variedad o espectro de alteraciones físicas, mentales, conductuales y cognitivas que resultan del daño del sistema nervioso central provocado por la exposición al alcohol durante la vida intrauterina.

El diagnóstico de TEAF requiere conocimientos, pericia, una evaluación pediátrica y neurológica exhaustiva y un abordaje multidisciplinar; por lo que ha de ser llevada a cabo por equipo de profesionales con formación y experiencia en este campo.

Si bien los trastornos del espectro alcohólico fetal son de por vida y no existe una cura como tal, resulta de fundamental importancia poder identificar precozmente a los niños que lo padecen, a fin de poder ayudarles a mejorar sus capacidades y a alcanzar su máximo potencial.

 
Conceptos clave para llevarse a casa

Los TEAF sólo se presentan cuando una mujer embarazada consume bebidas alcohólicas durante la gestación, por lo que es un trastorno totalmente prevenible.

El alcohol se concentra en la sangre del bebé en desarrollo en cantidades superiores a los de la madre, puesto que el feto metaboliza el alcohol mucho más lentamente que el adulto

Puede ocasionar daños no sólo a nivel del sistema nervioso central, sino también en otros órganos, por lo que no existe al momento actual una cantidad de alcohol que se considere segura durante el embarazo.

Se ha de tener en cuenta que los problemas que se derivan de dicho trastorno son irreversibles y la sintomatología es muy variable en cada individuo.

Trastornos del desarrollo neurológico relacionados con el alcohol

El hecho de que el alcohol ingerido por la madre pase fácilmente a través de la placenta, que el feto no disponga madurativamente de los mecanismos para metabolizarlo y eliminarlo (aumentando por consiguiente el tiempo de exposición del sistema nervioso a dicho teratógeno), y que durante el embarazo (especialmente en el primer trimestre), es cuando las estructuras cerebrales se están formando y desarrollando; hace que puedan producirse daños irreversibles en estos períodos cruciales del desarrollo del sistema nervioso.  

Como hemos comentado con anterioridad, los niños y niñas con TEAF pueden presentar una serie de anomalías cerebrales que conllevan a problemas en el desempeño académico y las actividades de la vida diaria. No obstante, no existe un perfil conductual patognomónico ni un patrón «cognitivo-conductual» único que se exprese en todos los individuos de la misma manera; pues el daño ocasionado por el consumo alcohol durante el embarazo puede verse modulado por múltiples factores, tanto genéticos como ambientales.

Y mientras que, en algunos casos, la expresión clínica puede ser severa, en otros pueden no estar presentes todos los síntomas, o darse de forma mucho más leve (hasta el punto de no ser reconocidos como consecuencia directa de la ingesta de alcohol en la etapa embrionaria). No hay, por tanto, dos niños con TEAF iguales y cada caso debe ser analizado de manera individualizada.  

Ahora bien, gracias al avance de las técnicas de neuroimagen, desde el punto de vista neurológico se han podido identificar anomalías estructurales y volumétricas en varias regiones del cerebro; entre las que se encuentran los ganglios de la base, el cerebelo (especialmente en el vermis), el hipocampo y el cuerpo calloso (agenesia total o parcial).  

El importante papel que juegan dichas áreas del cerebro en el desempeño cognitivo-conductual del ser humano explicaría, en parte, el perfil de disfunción neuropsicológica presente en estos pacientes. Por ejemplo, las alteraciones de los núcleos de la base y sus conexiones con el lóbulo frontal estarían implicadas en las dificultades de control ejecutivo y las conductas propias del TDAH que tienen muchas de estas personas, y la afectación hipocampal estaría directamente relacionada con alteraciones en determinadas funciones memorísticas. O el compromiso del cerebelo (estructura implicada en el balance, la coordinación y el aprendizaje), que estaría en la base de las dificultades que estos chicos demuestran en estas áreas en particular.

También han sido ampliamente documentados los efectos deletéreos del alcohol sobre los procesos de migración neuronal que se inician en las primeras etapas del embarazo (y que pueden provocar malformaciones del desarrollo cortical y en algunos casos epilepsia).

Las implicaciones de todas estas alteraciones anatómicas tienen, por tanto, una traducción a nivel funcional; y clínicamente se manifiestan por un perfil de funcionamiento cognitivo-conductual variable en función de las características individuales de cada caso en particular. 

Por ejemplo, si bien muchos de estos chicos pueden tener un coeficiente intelectual dentro de la normalidad, se sabe que estos niños son más propensos a tener medias de funcionamiento cognitivo más bajas en relación a sus pares sanos (puesto que no llegan a desarrollar todo el potencial intelectual para el cual estarían genéticamente predeterminados). O en el extremo más grave de afectación, presentar diversos grados de discapacidad intelectual (generalmente moderada y con una medida de coeficiente intelectual variable, entre 50-80).  

Sin embargo, como hemos descrito con anterioridad, desde el punto de vista neuropsicológico también pueden verse afectados otros dominios (independientemente del desempeño intelectual global); como son la función ejecutiva (capacidad de organización, autogestión, planificación), la atención, el aprendizaje, la memoria, el lenguaje, la capacidad visoespacial y la función motora (coordinación motriz).

Principales déficits que presentan los TEAF

Déficit en el funcionamiento ejecutivo: 
  • Capacidad para planificar y obtener soluciones adaptadas a las diferentes situaciones.
  • Dificultades para seguir instrucciones.
  • Incapacidad para retrasar la gratificación (refuerzo demorado).
  • Dificultad en cambiar de estrategias pensando de forma diferente.
  • Fallo en los procesos inhibitorios para regular la conducta.
  • Dificultad para entender causa-efecto.
  • Juicio pobre y regular gestión del tiempo.

Alteraciones visoespaciales, de coordinación motora, equilibrio y problemas de destreza.

Dificultades de aprendizaje, alteraciones de memoria de trabajo, alteraciones del lenguaje o en áreas específicas como las matemáticas.

Los TEAF pueden presentar sintomatología TDAH. Es decir, hiperactividad, déficit atencional e impulsividad. Son niños generalmente muy movidos con un importante déficit atencional, poca capacidad de reflexión e impulsividad.

Algunos casos presentan dificultades en habilidades sociales con sus iguales, o socialización conflictiva.

Además, en ocasiones muestran labilidad emocional, trastornos del comportamiento, irritabilidad, y comorbilidad psiquiátrica asociada.

Puede haber conductas atípicas (aleteos, balanceos, gritos, movimientos repetitivos improductivos como oler ciertas cosas, arrancamiento de pelo, sin finalidad aparente).

Por otra parte, estos niños pueden presentar alteraciones conductuales con sintomatología TDAH, disfunción adaptativa, labilidad emocional, y trastornos psiquiátricos.Este tipo de funcionamiento puede generar, consecuentemente, importantes problemas de adaptación familiar, escolar y social.

En suma, existen dos áreas a nivel funcional que se interrelacionan y pueden estar afectadas en esta población en particular: el área neurocognitiva y el área conductual.

El daño intraútero provocado por la exposición prenatal al alcohol es irreversible. Pueden verse afectadas diferentes áreas cerebrales involucradas de fundamental importancia en el control cognitivo-conductual y emocional del individuo. Sin embargo, un diagnóstico, seguimiento y tratamiento precoz evita la aparición de complicaciones o de trastornos secundarios, y mejoran el pronóstico a mediano y largo plazo.

Este contenido no sustituye la labor de los equipos profesionales de la salud. Si piensas que necesitas ayuda, consulta con tu profesional de referencia.
Publicación: 10 de Enero de 2022
Última modificación: 10 de Enero de 2022
Dra. María Eugenia Russi Delfaro

Dra. María Eugenia Russi Delfaro

Neuropediatra. Adjunta de neuropediatría

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