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¿Cómo gestionar la obsesión por los videojuegos en niños y adolescentes con TEA?

Jugar a videojuegos puede ser una obsesión para muchos niños y adolescentes con trastorno del espectro del autismo, pero también puede reportarles beneficios.
SOM Salud Mental 360

Redacción

SOM Salud Mental 360
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La obsesión por los videojuegos de muchos niños, niñas y adolescentes con un trastorno del espectro del autismo (TEA) es una cuestión que preocupa a menudo a muchas familias. ¿Cómo controlarla? ¿Se deben poner límites horarios? ¿Hasta que punto esta dedicación puede ser perjudicial? 

En el encuentro digital de Som Salud Mental 360 «Toda una vida con TEA» distintos profesionales abordaron, entre otras, esta cuestión y remarcaron la dificultad por parte de la familia de poner límites a este «interés tan absorbente».

«Deben tener espacio para sus intereses, pero es importante ponerles límites horarios, pactados previamente», según explicó Rosa Nicolau, psicóloga especialista en TEA del Hospital Clínic de Barcelona. Pero lo que es realmente necesario es «diversificar sus intereses», para lo cual será básico integrarles en la comunidad. 

Esta diversificación de actividades es también la clave para la doctora Helena Huerta, neuropsicóloga clínica del Parc Sanitari Sant Joan de Déu. Pero añade una cara positiva a este interés por los videojuegos: «A veces juegan de manera colaborativa y esto les ayuda a ensayar algunas habilidades sociales». 

Los videojuegos no son los únicos elementos a los que suelen prestar demasiada atención las personas con TEA, pues esta obsesión se puede replicar en móviles o en las pantallas en general. Juan Antonio Cabezas, padre de un joven con autismo, explica desde su experiencia la eficacia de tener una agenda que les ayude a gestionar el tiempo libre «que a veces no saben cómo gestionar».